Las ballenas madres enseñan a sus crias donde comer ¿Podrán las Ballenas Francas Australes adaptarse si la comida escasea?
Información desde el Instituto de Conservación de Ballenas, Argentina (ICB)
“Una de las principales preocupaciones son los posibles cambios en la ubicación y en la abundancia de sus presas como consecuencia del calentamiento global” enuncia Vicky Rowntree, profesora e investigadora asociada al departamento de biología de
Una investigación previa realizada por Vicky Rowntree y sus colegas demostró que cuando las oscilaciones del clima aumentan la temperatura del mar, las ballenas francas australes dan a luz un menor número de crías debido a que a mayores temperaturas se reduce la abundancia del krill, un pequeño crustáceo parecido al langostino, del cual las ballenas se alimentan.
Este nuevo estudio, cuya publicación se realizará el 15 de febrero en la revista científica Molecular Ecology, utiliza evidencia genética y química de isótopos para demostrar que las madres enseñan a sus crías a donde ir para encontrar alimento.
“Las ballenas francas australes consumen cantidades enormes de alimento y tienen que viajar largas distancias para encontrar la cantidad necesaria de sus pequeñas presas,” dice el coautor del estudio Jon Seger, profesor de biología de
El estudio determinó el grado de parentesco de las ballenas utilizando ADN maternal y luego comparó esa información con la de la dieta obtenida, al caracterizar formas diferentes o isótopos de los elementos químicos en la piel de las ballenas. Estas dos técnicas – las cuales fueron utilizadas en conjunto por primera vez – permitieron que los científicos determinen que las madres, sus crías y otros miembros de la familia se alimentan en un mismo lugar.
“Las ballenas francas del Atlántico Norte se alimentan con un patrón similar y los científicos tienen acceso a sus áreas de alimentación, pero nosotros no sabemos donde las ballenas del Atlántico Sur se alimentan. Por tal motivo utilizamos una combinación de técnicas para poder estudiarlas,” expresó Luciano Valenzuela, investigador postdoctoral en biología que encabezó este estudio como parte de su tesis doctoral en
Luciano, además integra el equipo de investigación del Instituto de Conservación de Ballenas. El Dr Mariano Sironi, Director Científico del ICB, también participó como co autor de este estudio.
Las ballenas emparentadas se alimentan juntas
Desde hace 38 años, anualmente, Vicky Rowntree y sus colegas estudian durante tres meses a las ballenas francas australes en el área de cría del Área Natural Protegida Península Valdés, en Chubut, Argentina.
Las ballenas migran a las áreas de cría en invierno, en donde ayunan, y dan a luz a sus ballenatos al principio de la primavera. Tres meses después, inician su largo viaje por el océano Atlántico Sur para alimentarse de krill y otros crustáceos pequeños llamados copépodos, durante el resto del año. Rowntree lo llama “un enorme festín”.
Los registros de los cazadores de ballenas durante los 1800s y 1900s sugieren que las ballenas francas australes tenían seis áreas principales de alimentación en el Atlántico Sur. Sin embargo, los científicos no saben donde se alimentan la mayoría de las ballenas hoy en día.
En vez de buscar visualmente las áreas de alimentación de las ballenas francas – un trabajo enorme y casi imposible dada la falta de tráfico marítimo en el extenso Atlántico Sur – los científicos utilizaron un enfoque novedoso. Durante los meses de Septiembre y Octubre del 2003 al 2006, Luciano Valenzuela tomó pequeñas muestras de piel usando un instrumento que no lastima a los animales. “La muestra de piel es un poquito más grande que la goma de borrar que se encuentra en una de las puntas de ciertos lápices,” dice Rowntree.
En estas muestras de piel, Luciano Valenzuela analizó el ADN mitocondrial, el cual es heredado solo de la madre. El ADN reveló las relaciones de parentesco entre las ballenas. Las ballenas fueron identificadas a través del patrón de callosidades en sus cabezas. Las muestras también fueron analizadas para medir diferentes formas o isótopos del carbono y nitrógeno. Los isótopos, que se encuentran presentes en la comida, son depositados en los diferentes tejidos del cuerpo luego de consumirlos. La comida de diferentes lugares tiene una “señal” única. Esto hizo posible determinar cuales ballenas comieron en el mismo lugar sin saber exactamente donde están las áreas de alimentación.
En conjunto, los datos de ADN y de isótopos revelaron que ballenas estaban emparentadas y donde se alimentó cada animal. “El resultado principal es que los individuos pertenecientes a ciertas familias tienen patrones de isótopos muy específicos demostrando que los animales de una misma familia se alimentaron en el mismo lugar,” dice Valenzuela. Debido a que el ADN era mitocondrial, el cual es transmitido de madres a crías, los resultados indican que las ballenas madres les enseñan a sus crías donde alimentarse.
Este estudio fue financiado por el Ocean Alliance/Whale Conservation Institute y por el Canadian Whale Institute y realizado con permiso de
Fotos de alta resolución están disponibles en: http://www.unews.utah.edu/p/?r=013009-2
Fuente de la información:
University of Utah Public Relations
(801) 581-6773 fax: (801) 585-3350
Etiquetas: Ballenas
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