"Ballenas, y su lucha X la Sobrevivencia", Informe Parte II, por Carolina Tapia Narrias

Parte II

Estimados

En esta oportunidad, el Informe se referirá a las amenazas que sufren los cetáceos en su medio ambiente.

Cariños, y gracias por mantenerse informados,

Caro.-

AMENAZAS

Si bien los cetáceos han logrado adaptarse al medio acuoso, el hábitat de éstos – en rigor todos los océanos del mundo y algunos ríos y lagos – se ha transformado en un lugar cada vez más inseguro.

Ahora las ballenas están desapareciendo y junto con ello la vida en los océanos se esta haciendo insostenible.

Por un lado, están las consecuencias de las actividades humanas, incluyendo el cambio climático; la radioactividad derivada de las detonaciones bajo el mar; el incremento en las radiaciones UV-B que se filtra por la decreciente capa de ozono que protege a la Tierra; la contaminación por componentes organoclorados[1] - Contaminantes Orgánicos Persistentes (POPs, por sus siglas en inglés) procedentes principalmente por industrias químicas, entre ellas celulosas-; derrames de petróleo; basura doméstica; la actividad pesquera y el uso de artes destructivas y/o no selectivas, como la pesca de arrastre, así también la pesca no regulada y/o no reportada o pesca pirata; contaminación acústica producida por sonares utilizados por buques y submarinos para métodos de guerra, así como también el excesivo tráfico de barcos en el mar; la captura para la industria del cautiverio; entre muchos otros factores que suponen un difícil reto al que todos los cetáceos tienen que enfrentarse en su medio ambiente si quieren sobrevivir; y por otro lado, como si no bastara con todas estas amenazas, continua la caza comercial de ballenas realizada en el nombre de la ciencia.

HISTORIA BALLENERA

“Ningún grupo de animales ha sido cazado tan implacablemente como las ballenas. Hace tiempo eran comunes en todos los océanos del mundo, pero desde mediados del siglo XX, muchas poblaciones han sido virtualmente aniquiladas. El declive de la industria ballenera, la protesta ciudadana y el uso no letal – como el turismo de avistamiento de cetáceos - han ayudado a controlar la matanza. Pero para muchas poblaciones de cetáceos su subsistencia se vislumbra cada vez más difícil”.

La utilización de los océanos como fuente de alimentación data de los orígenes de la humanidad. Muchas comunidades costeras obtenían los nutrientes necesarios para su subsistencia a través de la pesca y la caza de mamíferos marinos, entre ellos cetáceos.

Desde fines del siglo XIX los avances alcanzados en la navegación, particularmente en lo que se refiere a la propulsión y autonomía de las embarcaciones provocaron que la industrialización llegase a alta mar. De esta manera es que las flotas de diversos países se dirigieron a los lugares más remotos del planeta en busca de los grandes cetáceos, para sostener el incipiente comercio de carne de ballenas y otros productos como el aceite, utilizado para diversos usos.

La creencia de la inmensidad de los océanos, que aún hoy provoca que se supongan inagotables, generó la sobreexplotación de diversas especies; ya en el siglo XVIII hay ejemplos de colapso de especies de peces y mamíferos marinos entre ellos, cetáceos.

El desarrollo del arpón explosivo – por Svend Foyn, noruego 1809-1894 - a fines del siglo XIX fue el último avance que facilitó la captura de ballenas, que hasta ese momento era una actividad que requería de ciertas destrezas y habilidades.

La caza de ballenas, de ser una fuente de subsistencia para determinadas comunidades, se transformó en un gran negocio para las flotas balleneras de varios países.

La historia moderna de la cacería de ballenas es una historia de explotación desmedida, en virtud de que compañías han luchado por maximizar a corto plazo los créditos de la cacería, sin importarles las consecuencias a largo plazo sobre las especies de las cuales dependen y los desastres ecológicos que éstos pueden acarrear en el medio marino y a los otros seres vivos que en él viven.

Los esfuerzos de la Comisión Ballenera Internacional – CBI - por administrar la cacería comercial de las ballenas, ha sido insuficiente. Sin mencionar que los cazadores balleneros han llevado al borde de extinción a ocho de las catorce especies de ballenas mayores.

Hoy en día, la caza ballenera es practicada por tres países en el mundo - Japón, Noruega e Islandia - la cual es condenada por la opinión pública y la comunidad científica de todo el mundo, debido a la crítica situación en el estado de conservación que presentan las diversas especies de ballenas.

Las especies de grandes ballenas se encuentran protegidas internacionalmente[2], luego de haber sido diezmadas en los dos últimos siglos implacablemente por la industria ballenera, quedando hoy en día sólo un 10% aproximado de su biomasa total.

Por esta razón, en 1986 la CBI establece una prohibición indefinida a la caza comercial de ballenas.

Para más información:

• Centro de Conservación Cetácea – Chile (CCC): http://www.ccc-chile.org/home.php?areaID=207&cPath=207
• Centro de Ballena Azul (CBA): http://www.ballenazul.org/
• Whale and Dolphin Conservation Society (WDCS): http://www.wdcs.org/
• MardeCetaceos: http://www.mardecetaceos.net/
• Comisión Ballenera Internacional: http://iwcoffice.org/index.htm
• Greenpeace Chile: http://www.greenpeace.org/chile/campaigns/ballenas
• WhaleSound (Chile): http://www.whalesound.com/inicio.htm

Informe preparado por

Carolina Tapia Narrias

Ambientalista

Técnico en Comercio Exterior

Guía de Ecoturismo

Candidata a Postitulo de:

Oceanografía y Recursos Marinos

Universidad Politécnica de Catalunya - España

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[1] ^{Compuestos Orgánicos Persistente – COPs -. Son compuestos que poseen un átomo de Carbono, y además átomos de Cloro, haciéndolos extremadamente peligrosos. No existen al estado natural, sino que son fabricados por el ser humano. Éstos tienen la capacidad de concentrarse en las grasas de los seres vivos y alteran el funcionamiento del organismo, sean animales o humanos. Causando patologías como: cáncer, modificaciones de los niveles hormonales, infertilidad, deformaciones en los embriones, abortos espontáneos, nacimientos con malformaciones, disminución en la resistencia a las enfermedades, entre otras.}

[2] ^{13 especies de grandes ballenas están bajo el Apéndice I – el de mayor amenaza de extinción de la Convención Internacional sobre Tráfico de Especies Amenazadas de Flora y Fauna de Naciones Unidas (UN CITES); además la mayoría de las especies de ballenas están en la Lista Roja de la Unión Mundial para la Conservación de la Naturaleza (UICN).}