sábado, 18 de abril de 2009

Oceana presenta un proyecto para crear en Galicia la primera zona protegida de cetáceos de España

Las costas coruñesas albergan las últimas poblaciones sanas de delfín mular y marsopa

8 abril, 2009

Si el proyecto realizado por la organización conservacionista Oceana recibe el visto bueno de las autoridades, la ría de Muros (A Coruña), podría convertirse en la primera zona marina protegida para la conservación de cetáceos de todo el litoral español. El coordinador de esta iniciativa, Ricardo Aguilar, explicó ayer en Santiago de Compostela que la creación del área protegida resulta del estudio "Cetáceos del área galaico-cantábrica" elaborado el año pasado por técnicos de la organización.

La Directiva Hábitats prevé la creación de áreas de conservación para las poblaciones de delfín mular y marsopa

El proyecto se inscribe en la Directiva Hábitats de la Unión Europea (UE), que prevé la creación de áreas de conservación para las poblaciones de delfín mular y marsopa, catalogadas como especies prioritarias. Precisamente, las islas Sisargas, en el litoral coruñés, junto al ámbito de la ría de Muros, albergan las últimas poblaciones sanas de esas amenazadas especies. Por ello, Oceana pide que aquéllas se incluyan dentro del Parque Nacional de las Islas Atlánticas (que engloba los archipiélagos de Cíes, Ons y Sálvora, frente al litoral sur de Galicia).

En el estudio se explica que sólo cinco de las 27 especies de cetáceos observadas en las costas gallegas son residentes estables y únicamente las dos citadas requieren una protección especial dada la disminución de sus poblaciones, al ser especialmente sensibles a la acción humana.

Un primer paso

El Convenio de Biodiversidad busca que las reservas marinas lleguen a ocupar el 10% de las aguas jurisdiccionales de cada país

En cualquier caso, la creación de esta reserva, según Ricardo Aguilar, todavía resultaría insuficiente a tenor de las recomendaciones de la UE, que se basan en el Convenio de Biodiversidad de la ONU, el cual prevé la creación de reservas marinas en todo el mundo, hasta ocupar un 10% de la totalidad de las aguas jurisdiccionales de cada país.

El área de Sisargas y la ría de Muros no llegaría a ocupar el 0,5% de la superficie marina requerida por el mencionado Convenio, por lo que supondría un primer paso para acercarse a las recomendaciones de Naciones Unidas.

Por otra parte, Aguilar explicó que la protección de estas zonas redundaría en la mejora de otras especies como la merluza, que actualmente sufre una fuerte sobreexplotación, las algas laminarias o los bosques de corales amarillos. Además, los fondos arenosos favorecerían el desarrollo de otras especies como fanecas, jureles y lanzones.

Al borde de la desaparición

La marsopa común o tonina (Phocoean phocoena) ha desparecido de amplias áreas, como el Mediterráneo, o se encuentra en serio riesgo de extinción en otras, como en el Báltico, afirma Oceana. La organización dice que la especie ya sólo es abundante en el mar del Norte, mientras que el resto de poblaciones se han visto "fuertemente reducidas". En cuanto al delfín mular o arroaz (Tursiops truncatus), en la mayoría de Europa quedan únicamente poblaciones pequeñas y muy fragmentadas.

En el caso de la Península Ibérica, la marsopa ha desaparecido del Mediterráneo y del Cantábrico, y sólo quedan algunas pequeñas poblaciones en la zona comprendida entre Galicia y Portugal, con algunos ejemplares visitando el golfo de Cádiz. El delfín mular aún se encuentra presente en todas las aguas ibéricas, pero sus poblaciones son muy reducidas y tienen serios problemas debido a las capturas accidentales y a la contaminación marina, advierte Oceana.

Ambas especies son predominantemente costeras y les gusta habitar aguas poco profundas -de menos de 50 metros de profundidad-, aunque en ocasiones se aventuran hasta el borde de la plataforma continental.

Fuente: Cosumer. es

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lunes, 13 de abril de 2009

Japón caza 680 ballenas antárticas, menos de las previstas

Importante noticia sobre la temporada de caza ballenera por parte de la flota japonesa en aguas antárticas. Si bien, es una buena noticia de que hayan sido menos ballenas de las esperadas, esto es un indicio de que cada vez hay menos ballenas en el Santuario Ballenero Austral, mas allá que la Agencia de Pesca del país nipón atribuya esto a las acciones de activistas en la zona polar...



TOKIO (Reuters) - Japón ha capturado menos ballenas de las previstas en su última cacería en aguas antárticas, después de las interrupciones de activistas contra la caza de estos cetáceos, dijo el lunes la Agencia japonesa de Pesca.

Japón, que considera la caza de ballenas una apreciada tradición cultural, mató 679 ballenas minke pese a sus planes de atrapar unas 850.También se ha capturado un rorcual común, frente al objetivo de 50 ejemplares marcado para la cacería, que comenzó en noviembre.

Algunos de los seis barcos de la flota han regresado a casa después de los enfrentamientos con el grupo Sociedad de Conservación Pastor del Mar, que incluyeron una colisión que aplastó una barandilla en uno de los navíos japoneses.

Un representante de la Agencia de Pesca señaló que las embarcaciones no habían podido trabajar durante un total de 16 días debido al mal tiempo y a las escaramuzas con activistas.

Japón detuvo oficialmente la caza comercial de ballenas después de aceptar una oratoria mundial en 1986, pero comenzó lo que define como un programa de investigación científica el año siguiente. La carne de ballena puede encontrarse en algunos supermercados y restaurantes.

La agencia ha declinado hacer comentarios sobre una noticia reciente de que Japón está considerando reducir el número de ballenas que atrapa al año.

Japón está sujeta a una moratoria para cazar ballenas jorobadas, que se cuentan entre las favoritas de los observadores de ballenas, debido a las críticas de la comunidad internacional.


Fuente: El Economista.es

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domingo, 12 de abril de 2009

Bangladesh: El regreso de los Irrawaddy

Grupos conservacionistas han expresado sorpresa ante el descubrimiento en las aguas de Bangladesh de miles de delfines de la especie Irrawaddy, que se pensaban estaban muertos o en peligro de extinción

Cerca de 6.000 ejemplares de esta rara especie fueron hallados en las aguas dulces de la región de los bosques de Sundarban de Bangladesh y en las cercanías de la Bahía de Bengala, informó la Sociedad para la Conservación de la Vida Silvestre (WCS, por sus siglas en inglés).

Según la organización, se estimaba que la población más grande de este tipo de delfines -parientes de la orca o ballena asesina- consistía sólo en algunos cientos.

El delfín Irrawaddy alcanza de adulto un tamaño de 2,5 metros de largo y generalmente vive en los grandes ríos, estuarios o lagunas de agua dulce, en el sur y sureste de Asia.

La WCS aseguró que el último censo fue llevado a cabo de manera rigurosa y por tanto es posible argumentar que la especie puede estar en un proceso de resurgimiento.

Falta información

¿Pero cómo puede ser que una especie que se creía en peligro, muestre un incremento tan marcado en su población, en la región de la Bahía de Bengala?

"Hay muchas zonas, particularmente en Asia, de donde se tiene muy poca información sobre la cantidad y estado de los cetáceos (ballenas, delfines y marsopas)", dice Brian Smith, a cargo del proyecto sobre la diversidad cetácea de Bangladesh.

"Falta investigación, fondos y preparar a los científicos locales. Porque los cetáceos son muy populares, mucha gente cree que se conoce mucho sobre su biología y su estado de conservación".

"En cierto sentido, esto es válido en Occidente, pero el conocimiento sobre estos animales en los países en desarrollo es incompleto", asegura Smith.

Según el científico, ahora hay una suerte de "carrera para descubrir poblaciones intactas de delfines, ballenas y marsopas, en las que una intervención temprana para conservarlas puede resultar efectiva".

Si bien la noticia es alentadora y merece celebrarse, existen una serie de amenazas, entre ellas, la disminución de la cantidad de aguas dulces y el aumento del nivel del mar por el cambio climático que puede afectar incluso a una población tan numerosa. Brian Smith, WCS

"Esto debe ocurrir antes de que la situación se vuelva grave y las especies corran riesgo de desaparecer. Ésta es una de las principales lecciones de la posible extinción del delfín del río Yangtze (en China), agrega Smith.

El experto aclara que el hallazgo de tantos delfines Irrawaddy puede dar la falsa impresión de que estos animales ya no corren peligro.

"Si bien la noticia es alentadora y merece celebrarse, existe una serie de amenazas, entre ellas, la disminución de la cantidad de aguas dulces y el aumento del nivel del mar por el cambio climático que puede afectar incluso a una población tan numerosa".

Incluso hoy día, los científicos dicen no saber cuántos delfines Irrawaddy quedan. En 2008, fueron incluidos en Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, por sus siglas en inglés).


Santuario

Delfines Irrawaddy

Muchos delfines Irrawaddy mueren por el aumento de la salinidad en las aguas.

Varios grupos conservacionistas, entre ellos el WCS, trabajan en el terreno para proteger a los delfines.

"Recién ahora comenzamos a estudiar y a entender la diversidad y la abundancia de delfines en las aguas de Bangladesh", le dijo a la BBC Elisabeth Fahrni Mansur de WCS.

Como nunca se ha llevado a cabo un censo completo para establecer el número de delfines en Bangladesh, las estimaciones pueden diferir por un margen muy amplio, dice Mansur.

"Aunque las cifras más recientes parezcan elevadas, las numerosas amenazas a las que están expuestos siguen siendo preocupantes, ya que éstas pueden reducir el número de delfines dramáticamente en un corto período de tiempo".

"Por tanto es muy importante hallar soluciones viables para reducir estas amenazas, trabajando en conjunto con las autoridades correspondientes y con las comunidades pesqueras, creando una red de áreas protegidas para asegurarnos su supervivencia".

Los problemas más acuciantes para los delfines en la Bahía de Bengala son la contaminación y la presencia de redes de pesca.

En opinión de Mansur, si se establece un santuario para delfines en las aguas profundas, en la costa y en el estuario de Bangladesh se podrá ver -en un lapso de tiempo- cómo estos animales han sido afectados por el impacto del descenso de las aguas dulces y el aumento de los niveles del mar.

"Si podemos hacer esto, quizás tengamos sorpresas aún más placenteras en cuanto al número de delfines en el futuro", asegura Mansur.

Fuente: BBC News


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martes, 7 de abril de 2009

Las ballenas madres enseñan a sus crias donde comer ¿Podrán las Ballenas Francas Australes adaptarse si la comida escasea?

Información desde el Instituto de Conservación de Ballenas, Argentina (ICB)

Feb. 11, 2009 - Biólogos de la Universidad de Utah y del Instituto de Conservación de Ballenas descubrieron que las crías de ballena franca aprenden de sus madres donde alimentarse, y alarman sobre su habilidad para encontrar nuevas áreas si el cambio climático, que enfrenta nuestro planeta, altera su áreas de alimentación tradicionales.


Una de las principales preocupaciones son los posibles cambios en la ubicación y en la abundancia de sus presas como consecuencia del calentamiento global” enuncia Vicky Rowntree, profesora e investigadora asociada al departamento de biología de la Universidad de Utah y coautora del nuevo estudio. Rowntree que también dirige el Programa Ballena Franca Austral que lleva adelante el Instituto de Conservación en Argentina se pregunta: “¿ Que harán las ballenas frente a estas consecuencias? ¿Podrán ellas adaptarse si es que aprenden de sus madres donde alimentarse – o se van a morir?”.


Una investigación previa realizada por Vicky Rowntree y sus colegas demostró que cuando las oscilaciones del clima aumentan la temperatura del mar, las ballenas francas australes dan a luz un menor número de crías debido a que a mayores temperaturas se reduce la abundancia del krill, un pequeño crustáceo parecido al langostino, del cual las ballenas se alimentan.


Este nuevo estudio, cuya publicación se realizará el 15 de febrero en la revista científica Molecular Ecology, utiliza evidencia genética y química de isótopos para demostrar que las madres enseñan a sus crías a donde ir para encontrar alimento.


“Las ballenas francas australes consumen cantidades enormes de alimento y tienen que viajar largas distancias para encontrar la cantidad necesaria de sus pequeñas presas,” dice el coautor del estudio Jon Seger, profesor de biología de la Universidad de Utah. “Este estudio muestra que las madres le enseñan a sus bebes, durante su primer año de vida, a donde ir a alimentarse en la inmensidad del océano.”


El estudio determinó el grado de parentesco de las ballenas utilizando ADN maternal y luego comparó esa información con la de la dieta obtenida, al caracterizar formas diferentes o isótopos de los elementos químicos en la piel de las ballenas. Estas dos técnicas – las cuales fueron utilizadas en conjunto por primera vez – permitieron que los científicos determinen que las madres, sus crías y otros miembros de la familia se alimentan en un mismo lugar.


“Las ballenas francas del Atlántico Norte se alimentan con un patrón similar y los científicos tienen acceso a sus áreas de alimentación, pero nosotros no sabemos donde las ballenas del Atlántico Sur se alimentan. Por tal motivo utilizamos una combinación de técnicas para poder estudiarlas,” expresó Luciano Valenzuela, investigador postdoctoral en biología que encabezó este estudio como parte de su tesis doctoral en la Universidad de Utah.


Luciano, además integra el equipo de investigación del Instituto de Conservación de Ballenas. El Dr Mariano Sironi, Director Científico del ICB, también participó como co autor de este estudio.


Las ballenas emparentadas se alimentan juntas

Desde hace 38 años, anualmente, Vicky Rowntree y sus colegas estudian durante tres meses a las ballenas francas australes en el área de cría del Área Natural Protegida Península Valdés, en Chubut, Argentina.


Las ballenas migran a las áreas de cría en invierno, en donde ayunan, y dan a luz a sus ballenatos al principio de la primavera. Tres meses después, inician su largo viaje por el océano Atlántico Sur para alimentarse de krill y otros crustáceos pequeños llamados copépodos, durante el resto del año. Rowntree lo llama “un enorme festín”.


Los registros de los cazadores de ballenas durante los 1800s y 1900s sugieren que las ballenas francas australes tenían seis áreas principales de alimentación en el Atlántico Sur. Sin embargo, los científicos no saben donde se alimentan la mayoría de las ballenas hoy en día.

En vez de buscar visualmente las áreas de alimentación de las ballenas francas – un trabajo enorme y casi imposible dada la falta de tráfico marítimo en el extenso Atlántico Sur – los científicos utilizaron un enfoque novedoso. Durante los meses de Septiembre y Octubre del 2003 al 2006, Luciano Valenzuela tomó pequeñas muestras de piel usando un instrumento que no lastima a los animales. “La muestra de piel es un poquito más grande que la goma de borrar que se encuentra en una de las puntas de ciertos lápices,” dice Rowntree.

En estas muestras de piel, Luciano Valenzuela analizó el ADN mitocondrial, el cual es heredado solo de la madre. El ADN reveló las relaciones de parentesco entre las ballenas. Las ballenas fueron identificadas a través del patrón de callosidades en sus cabezas. Las muestras también fueron analizadas para medir diferentes formas o isótopos del carbono y nitrógeno. Los isótopos, que se encuentran presentes en la comida, son depositados en los diferentes tejidos del cuerpo luego de consumirlos. La comida de diferentes lugares tiene una “señal” única. Esto hizo posible determinar cuales ballenas comieron en el mismo lugar sin saber exactamente donde están las áreas de alimentación.


En conjunto, los datos de ADN y de isótopos revelaron que ballenas estaban emparentadas y donde se alimentó cada animal. “El resultado principal es que los individuos pertenecientes a ciertas familias tienen patrones de isótopos muy específicos demostrando que los animales de una misma familia se alimentaron en el mismo lugar,” dice Valenzuela. Debido a que el ADN era mitocondrial, el cual es transmitido de madres a crías, los resultados indican que las ballenas madres les enseñan a sus crías donde alimentarse.


Este estudio fue financiado por el Ocean Alliance/Whale Conservation Institute y por el Canadian Whale Institute y realizado con permiso de la Dirección Conservación y Áreas Protegidas y la Dirección de Fauna y Flora Silvestre de la provincia de Chubut, Argentina.

Fotos de alta resolución están disponibles en: http://www.unews.utah.edu/p/?r=013009-2


Fuente de la información:

University of Utah Public Relations

201 Presidents Circle, Room 308

Salt Lake City, Utah 84112-9017

(801) 581-6773 fax: (801) 585-3350

www.unews.utah.edu

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Estudiando ballenas azules en Chile – Primera Parte

Desde el año 2004, el Centro de Conservación Cetacea (CCC) de Chile desarrolla con gran éxito el Proyecto Alfaguara (ballena azul) en las aguas del noroeste de la Isla de Chiloé. Su objetivo es garantizar la efectiva recuperación de la población de ballena azul del hemisferio sur en aguas chilenas, a través de la investigación y monitoreo sistemático de la especie, el desarrollo responsable del turismo de avistaje de fauna marina de base comunitaria y la participación activa e informada de la ciudadanía en la adopción de medidas de conservación. Esta zona del Pacífico Suroriental es una importante área de alimentación para varias especies de ballenas. Con la mayor abundancia relativa de ballenas azules en el Hemisferio Sur, es crítica para la conservación de esta especie emblemática.

Durante los últimos seis años, el Instituto de Conservación de Ballenas y CCC han trabajado conjuntamente en diversas estrategias de conservación marina en América Latina. Desde el mes de febrero, ambas organizaciones iniciaron una nueva etapa de colaboración científica, pues el Dr. Mariano Sironi, Director Científico del ICB, fue invitado por CCC a participar como investigador para estudiar las ballenas azules en Chiloé. Junto a Bárbara Galletti y Elsa Cabrera, quienes llevan adelante el Proyecto Alfaguara, trabajan como asesores e investigadores asociados el Dr. Robert Brownell del Southwest Fisheries Center (NOAA) y la Dra Carole Carlson del Center for Coastal Studies, ambos investigadores de Estados Unidos de reconocida trayectoria en el estudio y la conservación de cetáceos.

Actualmente se reconocen dos subespecies de ballena azul en el Hemisferio Sur: la ballena azul pigmea (Balaenoptera musculus brevicauda) en la zona Subantártica, y la ballena azul antártica (B. m. intermedia) que se encuentra en la zona Antártica durante los meses de verano. Estudios previos han demostrado que la longitud de las ballenas azules hembra capturadas en Chile por la industria ballenera es intermedia entre las de estas dos subespecies.

Adicionalmente, registros acústicos y estudios genéticos dan cuenta de su singularidad. Por ende, las ballenas azules avistadas en Chiloé podrían representar una población única o una subespecie diferente.

Las ballenas azules pueden identificarse individualmente por el patrón de pigmentación moteado de sus flancos cerca de la aleta dorsal. Las inspecciones marinas realizadas a bordo de la embarcación de investigación Alfaguara de CCC, hasta ahora han tenido como objetivo la fotoidentificación de ballenas azules. A la fecha, el catálogo está compuesto por 250 individuos. En febrero, a este objetivo se agregó además la obtención de muestras de piel o biopsias. Esto fue todo un desafío, dadas las características propias de estos gigantes del mar, conocidos por su natación rápida y comportamiento evasivo en mares abiertos de fuerte oleaje. Sin embargo, el resultado de largos días de trabajo en equipo por los investigadores de CCC y el ICB fue la recolección de las primeras 12 biopsias de las ballenas azules del noroeste de Chiloé, las que serán analizadas para estudiar la estructura genética de esta población.

Las ballenas azules son los animales más grandes que han existido en nuestro planeta. Sus dimensiones colosales superan incluso a las de los dinosaurios de mayor tamaño. Por ejemplo:

• La hembra adulta de mayor longitud registrada durante la cacería comercial midió 33 metros, algo más que una fila de tres colectivos juntos

• En promedio, los adultos pesan unas 150 toneladas, lo que equivale al peso sumado de más de 2.000 personas

• Nadan a una velocidad promedio de 12 nudos, con máximas de 20 nudos

• Al nacer los ballenatos miden 7 metros y pesan 3 toneladas, o el equivalente al peso de más de 3 automóviles de tamaño mediano

• Sólo la lengua de un adulto pesa lo mismo que un elefante

• Su soplido, visible por el vapor que exhala, alcanza los 9 metros, es decir, lo mismo que un edificio de 3 pisos

• El ballenato recién nacido toma unos 190 litros de leche por día y aumenta 4 kg... ¡por hora!
Esta cooperación científica internacional iniciada por ICB de Argentina y CCC de Chile se continuará en futuras temporadas de estudio de las ballenas azules del noroeste de Chiloé, para seguir aprendiendo sobre la biología de estos fascinantes animales y así contribuir activamente con su conservación.

El Dr. Mariano Sironi agradece especialmente a Elsa Cabrera, Bárbara Galletti y todos los integrantes del Centro de Conservación Cetacea de Chile por su hospitalidad sin igual. Agradece también a los habitantes de Puñihuil y Ancud y los felicita por sus esfuerzos por la conservación del patrimonio natural y cultural de la Isla Grande de Chiloé.

Fuentes:
-Estado de Conservación de la Ballena Azul en Chile. 2008. Bárbara Galletti Vernazzani, Carole A. Carlson, Elsa Cabrera y Robert L. Brownell Jr. Informe Técnico del Centro de Conservación Cetacea – Chile.
-Blue Whales. 1997. John Calambokidis y Gretchen Steiger. Voyageur Press.

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Efectos del calentamiento global sobre los cetáceos

Información suministrada por Instituto de Conservación de Ballenas (ICB) Argentina...

Las ballenas están dando señales de los efectos que el calentamiento global puede tener sobre sus poblaciones... y sobre las de muchas otras especies de animales y plantas

La razón principal del calentamiento global es la combustión de enormes volúmenes de petróleo, gas natural y carbón, la tala de bosques y algunos métodos de explotación agrícola, que incrementan las concentraciones de los llamados “gases del efecto invernadero” en la atmósfera, como por ejemplo el dióxido de carbono, metano y óxido nitroso. Estos gases, en una concentración menor al 1%, constituyen componentes normales de la atmósfera ya que impiden que parte del calor solar regrese al espacio, manteniendo una temperatura apta para el desarrollo de la vida. Sin embargo, cuando aumentan sus porcentajes, mayores cantidades de calor son retenidas por la atmósfera y en consecuencia, se eleva la temperatura terrestre y se modifica el clima.

Estudios realizados en base a datos recolectados por los investigadores del Whale Conservation Institute / Instituto de Conservacion de Ballenas en Península Valdés evidencian una estrecha relación entre las condiciones climáticas y la variabilidad en el éxito reproductivo de la ballena franca austral. Aunque existe escasa información al respecto, la ballena franca se alimentaría principalmente de krill en las aguas del Atlántico Sur. La densidad de krill se relaciona inversamente con la temperatura del mar, es decir que a mayor temperatura hay una menor densidad de krill, lo que indica una correlación entre los factores climáticos y el éxito reproductivo en esta especie. A su vez, el análisis de los datos de largo plazo del Programa Ballena Franca Austral ha demostrado que existe una reducción en la tasa de nacimiento de ballenatos cuando la disponibilidad de krill disminuye. Es posible además, que algunos ballenatos que nacen en años de baja densidad de krill (es decir, años de escaso alimento para las ballenas) estén desnutridos al nacer, o que no obtengan suficiente leche de sus madres durante las primeras semanas de vida. Así, sus probabilidades de sobrevivir pueden reducirse, aunque esto por ahora es sólo una conjetura que requiere de más investigaciones para ser confirmada.

Con el objeto de determinar cómo el cambio climático afecta a los
cetáceos
, se realizará un Taller organizado por la Comisión Ballenera Internacional en Siena, Italia, del 21 al 25 de febrero. El taller reunirá a expertos en biología de cetáceos, modelos poblacionales, ecosistemas marinos y cambio climático, y buscará mejorar las probabilidades de conservación de los cetáceos ante el cambio climático. Vicky Rowntree, Directora del Programa Ballena Franca Austral participa en la comisión organizadora de este taller. Allí, Vicky expondrá la información más reciente sobre el estado poblacional de las ballenas francas basada en el análisis de los relevamientos de fotoidentificación luego de casi cuatro décadas de estudios continuos en Península Valdés.

Esperamos que el Taller permita el intercambio de información sobre los efectos del cambio climático en las poblaciones de cetáceos del mundo, y que sea fructífero para la elaboración de estrategias que ayuden a reducir su impacto sobre las ballenas… y en definitiva, sobre nosotros mismos.

Cordialmente,

Mariano Sironi
Desde la Isla Grande de Chiloé, Chile


Fuentes:
1. Lista Franca - Nº 143 ¿Puede el cambio climático afectar a los cetáceos?
Por Carina Marón
2. Russell Leaper, Justin Cooke, Phil Trathan, Keith Reid, Victoria Rowntree and Roger Payne. 2006. Global climate drives southern right whale (Eubalaena australis) population dynamics.
Biology Letters 2(2):289-292; doi:10.1098/rsbl.2005.0431.


Más información en: http://www.iwcoffice.org/sci_com/workshops/CLIMATEworkshop.htm

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Investigadores y científicos se unen por las ballenas

Después de harto tiempo sin subir información, ahí va algo...


Países se unen, a través de sus investigadores y científicos, para llevar adelante el mayor programa colaborativo de investigación no letal de cetáceos en el Océano Austral

El primer taller internacional sobre investigación no letal de ballenas del Océano Austral fue realizado esta semana en la ciudad de Sydney, Australia con el fin de contrarrestar los intentos japoneses de continuar las operaciones de la denominada “caza científica” de ballenas realizada por Japón en el Océano Austral.

Al encuentro, auspiciado por el gobierno australiano, asistieron científicos y especialistas de 13 países, incluido el Dr. Mariano Sironi, Director Científico del Instituto de Conservación de Ballenas.

Australia lidera la iniciativa conocida como Alianza de Investigación del Océano Austral (SORP por su nombre en inglés). Esta alianza tiene por objetivos específicos establecer un marco de investigación integrado y colaborativo que se relacione estratégicamente con los esfuerzos de investigación internacional, respondiendo a las necesidades del Comité Científico de la Comisión Ballenera Internacional. Además, busca mejorar el entendimiento sobre el estado poblacional, salud, dinámica y relaciones ambientales de los cetáceos del Océano Austral mediante técnicas de estudio no letales, identificando sus vulnerabilidades a las amenazas de origen humano y buscando alternativas para mitigarlas.

Como resultado de este primer encuentro de los miembros participantes del SORP, se generará una propuesta preliminar de investigación no letal de ballenas, que será presentada durante la 61ra reunión anual de la Comisión Ballenera Internacional (CBI) que se realizará entre mayo y junio de 2009 en la isla portuguesa de Madeira.

El taller australiano, se desarrolló en el Museo Marítimo Nacional en la ciudad de Sydney y contó con la presencia de investigadores y especialistas de Argentina, Australia, Brasil, Chile, Costa Rica, Francia, Alemania, Italia, México, Nueva Zelanda, Perú, Sudáfrica y Estados Unidos. Para Elsa Cabrera , directora ejecutiva de CCC, “la amplia participación de países latinoamericanos en el taller australiano es una muestra más del compromiso permanente de nuestra región hacia la efectiva protección de los cetáceos y concuerda con el compromiso del Grupo de Buenos Aires de aumentar la presencia de investigadores locales que apoyan la investigación no letal como la única herramienta efectiva para conocer sobre la biología, estado de conservación y amenazas que enfrentan las poblaciones de cetáceos.”

Australia facilitará más de 14 millones de dólares con el fin de liderar la Alianza de Investigación sobre el Océano Austral y garantizar fondos suficientes para su implementación durante los próximos cinco años. El Ministro de Medio Ambiente de Australia, Peter Garret, afirmó en su discurso de apertura del taller que su gobierno también donará a la CBI $500.000 dólares para establecer el Fondo de la Alianza de Investigación sobre el Océano Austral, el cual será administrado por la CBI. Su creación permitirá a otros países participar en la alianza y recibir contribuciones de otras naciones.

Mariano Sironi, director científico del Instituto de Conservación de Ballenas de Argentina, felicitó al gobierno Australiano por liderar esta propuesta hemisférica y a su vez hizo un llamado a los gobiernos Latinoamericanos para sumarse a esta iniciativa apoyando los proyectos de investigación no letal y contribuyendo con financiamiento para su desarrollo. “El trabajo realizado durante estas cuatro jornadas es un ejemplo de cooperación internacional aplicada directamente a llenar los vacíos de información científica sobre muchas poblaciones de ballenas, utilizando técnicas no letales, para luego desarrollar las estrategias que sean más efectivas para asegurar su conservación a nivel global.”

Para Karina Groch, coordinadora del Projeto Baleia Franca de Brasil, “la iniciativa es estratégica para la conservación de las ballenas franca en Sudamérica y para reforzar la posición de Brasil ante la CBI en cuanto a la aplicación de investigaciones no letales sobre los cetáceos”...”

Dentro de los objetivos de las naciones sudamericanas presentes en el taller estuvo priorizar la continuidad de los esfuerzos cooperativos de investigación no letal sobre la ballena franca. Los asistentes al taller reconocieron como prioritario continuar y ampliar los relevamientos de fotoidentificación de ballenas francas en Argentina, Brasil y Uruguay, investigar las posibles causas de las mortandades inusuales de ballenas en Península Valdés, y coordinar esfuerzos para la recuperación de la población de ballena franca austral de Chile y Perú, cuya población podría ser menor a 50 animales.

Fuentes consultadas: Centro de Conservación Cetácea (www.ccc-chile.org).

Más información en:
http://www.straitstimes.com/Breaking%2BNews/Tech%2Band%2BScience/Story/STIStory_353566.html
http://www.ens-newswire.com/ens/mar2009/2009-03-23-01.asp

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